In questi ultimi tempi e'
tornato in auge il discorso della leva obbligatoria nel nostro paese.
Salvini in uno dei suoi
consueti sproloqui ha affermato che la cosa “raddrizzarebbe” un certo tipo di
gioventu' diciamo “deviata”.
Il mio Segretario Marco Rizzo
si e' detto possibilista sulla cosa ma partendo da un punto di vista
completamente differente, cioe' dal fatto che un esercito di popolo e non (o
non solo) di mestiere, sarebbe una maggiore garanzia di democrazia per il
paese.
Il vostro umile scriba, quando
e' stato il momento, ha servito il suo paese; prima in nazionale militare
grazie al Judo e poi ad Aosta occupandomi sempre comunque di sport.
Nella foto sfuocata d'epoca sono quello...col ferro.
A distanza di oltre 35 anni
posso dire che e' stato un anno divertente ma allora, visto che prima di
partire gia' lavoravo e avevo una bella morosa, lo considerai come un anno
perso completamente.
La verita', come spesso
accade, si insinua nel mezzo.
Riguardo alle affermazioni di
Salvini non credo che il compito di educare i giovani aspetti in primis al
ministero della difesa.
Prima tocca o toccherebbe alla
famiglia, quindi alla scuola, almeno per noi e' stato cosi', poi e' arrivato il
militare a fare la sua parte ma, personalmente, non ho mai visto la naja
raddrizzare nessuno.
Se uno arrivava sano ne usciva
sano, se arrivava storto ne usciva ancora piu' storto.
Se poi mi dite che aiutava a
socializzare con gente di tutto il paese, che si apprendeva cos'era veramente
il concetto di disciplina, che imparavi a cavartela in differenti situazioni
senza la mamma che ti pulisse il culo allora sono con voi, ma se mi dite che
era una pietra miliare per la nostra maturazione allora non ci siamo.
Non sono neanche troppo
concorde con il mio Segretario, oggi con la specializzazione estrema richiesta
ad un soldato, quell'anno di naja servirebbe a poco o nulla.
Mandare in giro, in luoghi
pericolosi, gente preparata pochissimo sotto ogni punto di vista, sarebbe come
mandarla al macello.
Essendo un popolo di mammoni
gia' mi immagino le reazioni ai primi arrivi di bare...
Quindi direi di lasciare
tranquillamente le cose come stanno, ogni cosa ha senso nel suo preciso
contesto storico.
Un calciatore importante sud
coreano, che guadagna milioni in Premier ha rischiato di farsi 2 anni di naja,
a 100 euro al mese, se non avesse collaborato a portare a casa, per il proprio
paese, la Coppa d'Asia.
A Cuba il servizio militare
dura normalmente due anni.
Ho scritto normalmente perche'
se sei un universitario mi pare che il periodo venga dimezzato, leggete il pezzo al fondo di questo post.
L'arrivo dell'eta' per servire
la patria coincide con la negazione, da parte del ministero competente, di ogni
permesso di uscita dal paese.
Se il maschietto arriva ai 16
anni e non e' ancora partito, e' meglio che si metta il cuore in pace, fino
alla termine del servizio militare dal paese non si muove di certo.
Credo anche che se sei partito
prima e rientri nel paese che hai ancora un'eta' decente, ti pinzino senza
scampo.
I racconti di amici che hanno
figli sotto servizio sono tutti dello stesso tenore, anche se sei in una
caserma appena fuori Tunas e sei di Tunas hai una libera uscita ogni 2
settimane, non e' come da noi quando, se non si era puniti, alle 18 si usciva
comunque sempre.
Gutierrez in un suo libro
racconta di soldati mandati a tagliare la canna da zucchero che, per la
scarsita' del cibo, andavano a caccia di Maja, un tipo di serpente la cui carne
pare sia commestibile.
Ovviamente gatti, cani,
ratones e tutto cio' che poteva riempire la pancia finiva seduta stante in
pentola.
Mentre da noi, ammettiamolo,
la naja era cazzeggio, da loro e' una cosa da non scherzarci su, la defensa de
la patria e' uno dei caposaldi della Revolucion come si puo notare nel giorno
de la defensa civil, dove pure i giornalisti del noticiero trasmettono in
divisa.
In un paese sotto bloqueo, con
la sindrome di accerchiamento, il servizio militare e' visto non come due anni
da buttare ma come un servizio di difesa della patria da cui non si scampa.
O meglio....si scampa con le
giuste conoscenze e il denaro che passa di mano.
Naja
vera e dura, coi soldati impegnati nei campi, durante i cicloni, le
inondazioni, le catastrofi naturali e via discorrendo.
La aspiración de eliminar el
servicio militar obligatorio para los jóvenes que ingresen a carreras
universitarias fue uno de los planteamientos de los estudiantes del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias
Exactas Vladimir Ilich Lenin,
quienes se detuvieron a analizar el Proyecto de Constitución de la República de Cuba.Juan Carlos Espinosa propuso que quienes logren ocupar plazas en la
educación superior no realicen el servicio militar luego de la enseñanza
preuniversitaria, pues permanecen todo un año desvinculados del
estudio y eso afecta su posterior desenvolvimiento en la carrera.Una de las
sugerencias que hizo el estudiante fue que a cambio se incrementara el período de servicio social,
para que ejercieran su profesión y fueran más útiles a la sociedad.
Otra propuesta que salió a
relucir fue la de mantener la preparación militar básica como soldados durante
cinco semanas, en la etapa conocida popularmente como “la previa”, y que luego
se incorporaran a sus respectivas carreras.
Diario de un extranjero que pasó una semana en La Habana comiendo con menos de 20 dólares
RispondiEliminaSi quieres ser un simple turista, te gastarás una fortuna comiendo en La Habana. Pero si tu presupuesto es más austero, debes comer como lo hace un cubano, en los lugares a donde los cubanos suelen ir. No te gastarás más de 20 dólares a la semana, lo que es serio, porque eso puede ser el salario mensual de algunos en la isla.
La comida es cosa seria para los habaneros, la mayoría de ellos empiezan su día sin saber lo que comerán. Cuba es un caso de supervivencia. Tienes ron, café y cigarros y puedes lograr sobrevivir con un poco más que eso.
Día 1
Llego a La Habana en la tarde y voy a la famosa heladería Coppelia, frente del icónico Hotel Habana Libre y el famoso Cine Yara, en el barrio El Vedado.
La heladería está en un edificio modernista de los años 50 que luce como su una nave espacial en el centro y rodeado por diferentes espacios para comer. Los empleados de la heladería controlan las filas y dejan pasar a grupos de cinco o de seis, dependiendo del espacio que se vaya liberando adentro.
“Los extranjeros entran por allá”, me dice uno de ellos, señalando una caseta pequeña al lado de la interminable fila. Le digo que yo quiero comer mi helado en la zona común, con los cubanos. “¿Qué?, ¿quieres esperarte en la fila?” me pregunta asombrado. Sí, le digo. “Es cosa tuya, mi hermano. Los turistas van por allá”.
Después de 45 minutos, estoy por fin dentro. Me siento en la ‘cancha’, con sus sillas antiguas estilo diner americano. La mujer que me atiende me mira con mala vibra y me dice: “No tenemos chocolate, solo vainilla”. Cuando le digo que vainilla es mi sabor favorito, nota mi acento extranjero y me dice que me vaya al área para turistas. La ignoro y le pido dos bolas de helado de vainilla que ella espolvorea con algo a lo que los cubanos llaman “galleta”. El sabor no es bueno.
Los cubanos no esperan que, como turista, comas en los mismos lugares donde ellos comen. Se extrañan de verte entre ellos y te miran como pensando: ‘¿Qué carajo hace este yuma aquí?’ —yuma es la forma en la que los cubanos llaman a los extranjeros—. Pero después de un rato, se acostumbran a que estés allí.
En la mesa de al lado hay una joven mujer comiendo 5 bolas de helado de vainilla. “Eres valiente al comer aquí”, me dice casi en un susurro. “Estos helados son hielo puro”.
Termino de comer e intento pagar con un billete de cinco CUC. Cuando lo ve, la empleada se enoja mucho. Agita sus brazos vigorosamente y me rezonga: “Querido, no tengo dinero suficiente para darte cambio en pesos cubanos (CUP), es demasiado. Por eso te dije que fueras al área de extranjeros”. La chica con la que platicaba antes ofrece amablemente pagar por mi helado. Agradezco y la mujer accede de mala gana.
Día 2
RispondiEliminaMuchos cubanos asumen que todos los extranjeros que visitan la isla tienen mucho dinero. Y, comparado con el cubano promedio, lo tienen. El salario mínimo de un cubano es el equivalente a 25 dólares al mes. Algunos llegan a ganar 60 dólares al mes. Si tengo 60 dólares en mi bolsillo, poseo el equivalente a casi dos salarios promedios de la isla.
A la hora del almuerzo, voy a “Variedades Obispo”, en la calle Obispo, la más concurrida de La Habana Vieja y donde puedes comer con poco dinero. Me siento en la barra y una mesera con minifalda se acerca a mí. Se llama Yoinet.
“Dime, papi. ¿Qué te sirvo?”, me pregunta con picardía.
Le digo a Yoinet que quiero un platón con todo: pollo frito, ensalada y papas. La observo servir mi comida y noto que sus larguísimas uñas están tocando el arroz, pero no digo nada. “Aquí tienes papi, tu pollo”, me dice sensualmente. Es una pierna, porque la pechuga es difícil de conseguir en los lugares para cubanos.
Llamo a Yoinet y le pido la cuenta: 40 pesos cubanos —1.30 dólares—. Tengo un billete de 3 CUC, así que le digo que guarde el cambio. Sus ojos brillan de felicidad.
Antes de irme, me percato que un hombre del otro lado de la tienda está sirviendo sándwiches de cerdo por 10 pesos CUP (50 centavos de dólar). Le pido uno. Toma el pan, lo abre, le pone un poco de sal y le agrega una mínima porción de carne con un poquito de vinagre. Cuando le entrego un billete de 5 CUC, se enoja muchísimo. “¡No, no puedes tener uno! Aquí no aceptamos billetes tan grandes”.
Día 3
La comida cubana es muy similar a la de otros países de la zona caribeña, como Colombia, Venezuela, Haití, Puerto Rico y la República Dominicana. Los platos más emblemáticos incluyen cerdo asado, yuca con mojo y arroz congrí.
En La Habana muchos restaurantes ofrecen cajitas. Son las mismas cajas de cartón que encuentras en cualquier fiesta cubana, usadas por la gente para llevarse a casa sobrantes de comida. Siempre que te vas de una fiesta cubana, alguien seguramente te va a preguntar: “¿Cojiste cajita?”.
Si pides para llevar en la mayoría de los restaurantes, obtienes una cajita. En estos días, te dan una cuchara o un tenedor de plástico, pero en el pasado tenías que sacar una pequeña esquina de la caja y usarla como un cubierto. Para la carne tenías que usar tus manos. Siempre te daban arroz, yuca, o papa con cualquier otra carne que tuvieran –que siempre era cerdo—. Eran relativamente baratas a 1.50 dólares por caja.
Día 4
RispondiEliminaDecido comprar mi propia comida y prepararla en la cocina del pequeño apartamento que alquilé. Para eso voy al mercado en la calle 17 y la calle K en El Vedado.
Es viernes y el mercado está lleno. Hay una gran variedad de frutas, vegetales y granos, pero no hay carne de res. Las únicas proteínas disponibles son pollos enteros que cuestan 80 CUP (cerca de 3.20 dólares); y cerdo, el que cuesta entre 75 y 90 CUP el kilo, (alrededor de 3 a 3.60 dólares) dependiendo del corte.
Un vendedor nota mi interés y me pregunta que es lo que busco. Cuando le pregunto qué tiene, me dice que en la “izquierda” –una forma de decir “mercado negro”– puedo obtener cualquier cosa que quiera. “Puede llevarse carne por 5 CUC por kilo (5 dólares)”,dice, “y langosta por 5 CUC (5 dólares) por cada cola”.
Esta conversación puede hacer que este hombre termine en la cárcel. La venta ilegal de estos productos provoca multas y condenas de dos o tres años en prisión. La ley cubana incluso prohíbe matar vacas sin el permiso del gobierno. Te pueden dar hasta 10 años de cárcel por hacerlo. La condena promedio por matar a una persona es de siete años.
Hay un área separada dentro del mercado para productos que el gobierno subsidia a través de la llamada libreta de racionamiento, que fue instituida hace más de cinco décadas para ayudar a la economía familiar. Cada cubano tiene derecho a: cinco huevos, 0.25 kilos de aceite, 2 ½ kilos de arroz, 1 ½ kilos de azúcar blanca, un paquete de café, un kilo de sal cada seis meses y 125 gramos de frijoles.
Desde hace dos años, algunos de estos productos se “liberaron” y los cubanos deben recurrir a comprarlos de esa manera, es decir, a un precio ligeramente más elevado. Por ejemplo, un cartón de huevos completo cuesta 35 CUP (1,50 dólares).
Los costos en general me parecen bajos, pero para un cubano con un salario estándar que no tiene parientes en el exterior, los precios son demasiado altos. Los cubanos que tienen familia viviendo en el exterior, sin embargo, pueden respirar un poco mejor en estos días. Un cambio aplicado durante la reconciliación reciente entre Cuba y los Estados Unidos fue el de aumentar la cantidad en dinero que los parientes en los Estados Unidos pueden mandar a Cuba, de 500 a 2000 dólares por mes.
No pude encontrar agua para beber en el mercado, pero me recomendaron que hirviera agua en la casa. Compre una piña, un kilo de tomates, media papaya, un kilo de frijoles, un kilo de patas de cerdo, media caja de huevos, boniato, papas, y una lechuga por un total de 8 dólares.
Day 5
El café es una religión aquí. Hay siempre café caliente en cada casa y es lo primero que te ofrecen. En la calle el café y los cigarrillos están siempre disponibles.
Camino frente a una panadería cerca de la calle Galiano, en el centro de La Habana. Dos mujeres que la atienden me llaman para que entre. “Ven aquí, papi. Prueba este pan y dinos que piensas” dice la más joven. Lo pruebo. Sabe como cualquier otro pan, pero horneado muy bien. Me ofrecieron café amablemente: pan y café negro.
No esperes que te den leche con tu café en La Habana. Si no puedes vivir sin ella, tienes que ir al supermercado de moneda convertible, donde un litro de leche cuesta 3 CUC. Y ni siquiera es fresca.
En la panadería, los clientes entran, algunos compran con sus libretas de racionamiento. “Un pan de la libreta de racionamiento cuesta 0.05 centavos de CUP”, explica la mujer detrás del mostrador. “Cada cubano puede comprar uno, como el que te dimos, por día. Y también puedes comprar la misma pieza “liberada” –cuesta 1 CUP”, agrega.
“Hay cubanos que sólo comen pan. Querido, créeme, lo importante es mantener tu estómago lleno, aunque sea sólo con harina”.
Day 6
RispondiEliminaCuba es una isla, así que no tendría que haber problemas para encontrar pescado, ¿no? Bueno, no exactamente.
Es común ver a gente en el malecón pescando para su propio consumo, aunque hay carteles que lo prohíben. No usan los riles modernos tampoco. Una buena cuerda de nylon con plomos en una punta y anzuelos caseros hace bien el trabajo.
En el camino cerca del Hotel Riviera, un hombre de mediana edad llamado Omar está enseñando a su nieto cómo tirar una línea. Le pregunto qué tipo de peces pesca allí. “No hay mucho”, me dice. “A veces un pargo o un barracuda. Necesitas mucha paciencia, pero es lo que es”.
Le pregunto si hay algún lugar en el que pueda comprar pescado fresco en la ciudad. “Oh no”, me dice. “Es muy difícil, ya verás. La industria de la pesca en el país está en ruinas desde que los rusos nos dejaron. Todo va al mercado negro y es accesible solo para unos pocos”.
Justo entonces, el niño le grita a su abuelo —aparentemente atrapó algo—. Omar se le acerca y nota que en efecto el hilo de nylon está tenso, pero pronto se suelta. “Lo perdimos”, dice.
Día 7
En la esquina de la calle Paseo, cerca de la Plaza de la Revolución, veo un restaurante viejo y sucio lleno de ancianos. Cuando entro, todos me miran con la ya usual expresión de: ‘¿Qué mierda hace él aquí?’, pero ya estoy acostumbrado.
El restaurante sirve hamburguesas. Me dicen que son de carne y queso, pero no me dicen de qué tipo. “Son 5 pesos (alrededor de 20 centavos)” me dice una mesera. Esta vez tengo el sentido común de tener suficiente moneda local.
La hamburguesa no sabe para nada a carne. Es una masa compacta, mezclada con soya creo. Como mi hamburguesa amablemente, intentando que no se note que me parece horrible. Me voy diciendo adiós a todo el mundo, aunque nadie me responde.
Al final de mi semana en La Habana, sólo gasté 18 dólares americanos –el salario de un periodista cubano—. Si tuviera que vivir como un cubano, tendría más o menos 5 dólares por semana, no sólo para comer, sino para vivir en general. Si tuviera que vivir así, puede que también viva enojado.
Ciao,
RispondiEliminaio sono uno di quelli favorevoli al ripristino del servizio militare.Un pò di disciplina non guasta.La mia idea di naja però non è rappresentata da giornate rinchiusi nella caserma a fare esercitazioni ma anche di presenza sul territorio,proprio come fanno a Cuba.Di cosa da fare ce ne sarebbero un'infinità,a partire da mansioni di protezione civile fino all'impiego nei comuni e nei tribunali.Un esercito del popolo per il popolo.
Ho sentito testimonianze di cubani sul loro servizio,mi è parso di capire che il nostro era un bere in bianco ma tutti sono concordi che gli è servito eccome.Da quello che mi raccontava mia moglie anche per le ragazze era previsto una specie di corso scolastico dove almeno insegnavano ad imbracciare un fucile (di legno).
Pero' concorderai che la naja deve entrare in terza battuta, dopo la famiglia e la scuola.
EliminaDovrebbe poi essere una cosa piu' funzionale ai tempi che stiamo vivendo.
Noi sparavamo coi Garand e i Fal residui, sopratutto i primi, della seconda guerra mondiale.
Per non parlare del maresciallo che entrava in cucina e ne usciva con la sua Ritmo che toccava il suolo...
Una anno di merda.Mai piu'.Giuseppe
RispondiEliminaIo invece ho dei buoni ricordi...sara' che e' passata una vita e che...avevamo 20 anni, anzi 19.
Eliminahola! io sono estato esentato per l'anno di nascita, per me meglio se non lo vuoi fare di carriera è un anno perso. En la isla tutto quello che riguarda la patria è una cosa seria, poi hanno dei corpi speciali de elite come las avispas negras . chao Enrico
RispondiEliminaBeh....se uno era gia' nel percorso lavorativo, sicuramente era un anno perso.
EliminaRicordo che il Berlusca voleva incularci l'anno non conteggiandolo per la pensione.
Poi i militari gli fecero cambiare la malsana idea.
Italia in finale ai mondiali !
RispondiEliminaChe brave...dopo anni che non mi succedeva ho lacrime agli occhi !
Ciao a tutti
Buona giornata
Andrea M.
Con 3 nere....fanculo a qualcuno...
EliminaFantastica vittoria delle nostre ragazze nella semifinale dei mondiali femminili di volley.
RispondiEliminaItalia- Cina 3-2
Ora durissima finale con le serbe.
Capita vero (raramente )che ci innamori di una squadra?
EliminaCredo sia questo il caso ..almeno per me...domani incollato alla tv
Andrea M.
Almeno per una volta non si parla solo del calcio...
EliminaSe io devo fare una vacanza da morto di fame come quella descritta sopra me ne sto a casa!!!
RispondiEliminaMica e' una vacanza, trattasi di penitenza..ma ce ne sono...oh se ce ne sono...
RispondiEliminaQuelli che tu chiami i Tucola con 2 cannucce??!
RispondiEliminaMagari...oramai siamo all'agua herbida...
RispondiEliminaGiorni fa i Villans avevano scritto alla Casa Madre a Birmingham.
RispondiEliminaDal Villa Park ci hanno risposto.
ORGOGLIO!
Hello Roberto,
Thank you for your email.
It's great to hear about a story like yours.
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